Esta Jornada nos une a todas las comunidades de vida consagrada dispersas por el mundo, peregrinas en la misma tierra que nos sostiene y en la que vivimos esta historia que nos desafía con sus clamores. Dios sigue llamando a consagrar la vida en las diferentes expresiones que se complementan y enriquecen mutuamente, y que son sobre todo un don para la Iglesia. Los institutos de vida consagrada (religiosos, monásticos, contemplativos, seculares, “nuevos institutos”), el Ordo virginum, los ermitaños y las sociedades de vida apostólica, expresan el todo de la vida consagrada que traduce el Evangelio en una particular forma de vida, que sabe leer con los ojos de la fe los signos de los tiempos y busca cómo responder con fidelidad dinámica (cf. VC 37) a las necesidades de la Iglesia y del mundo.
“La misión es el oxígeno de la vida cristiana: la vigoriza y la purifica” (Papa Francisco, Audiencia general, 11 de enero de 2023). Para vivir la misión al estilo de Dios, como vida consagrada tenemos necesidad del aliento del Espíritu, que oxigene nuestra consagración, que ensanche nuestra tienda, que no deje que se borre o eclipse el deseo de salir y llegar a los demás para anunciar el Evangelio, que reavive en nosotros el fuego misionero. Él es el verdadero protagonista de la misión y al mismo tiempo el que mantiene la frescura de nuestra fe para que no se marchite. Vaticano 25 de enero de 2023