Señor Dios nuestro, dueño de la vida y de la Historia, tú nos diste el regalo de nuestra congregación de PDDM en la Familia Paulina y la Iglesia. En la mente de nuestro Fundador el beato Santiago Alberione y su colaboradora incondicional nuestra primera pía Discípula venerable Madre Escolástica Rivata sonó la hora de Dios el 10 de febrero de 1924.
Damos gracias por cada acontecimiento ocurrido y vivido durante el primer centenario, nuestro corazón experimenta con todo su ser la obra maravillosa de Dios, autor de la historia vocacional de cada Pía Discípula en el mundo, en estos 100 años de vida y misión. Nuestra congragación nace del amor a Jesús viviente en la Eucaristía, el Sacerdocio y la Liturgia de allí surge nuestro apostolado orientado a la gloria de Dios y a la paz de la humanidad. Cien años de vida, un centenario de innumerables gracias y bendiciones.
¡La alabanza, la danza y el canto son un himno coral de agradecimiento al Divino Maestro por lo que hoy somos, y celebramos! 1200 hermanas, presentes en 28 países, de los cinco continentes desde donde siembran raíces y dan luz, cantamos el más hermoso magníficat por nuestra fidelidad, pero también el miserere por las in correspondencias e infidelidades.
Maestro y pastor Camino Verdad y Vida ponemos en tus manos el futuro de nuestra congregación e imploramos los dones del Espíritu Santo, para iniciar este nuevo Centenario que confiamos a las jóvenes que hoy hacen su profesión en la congregación, pedimos la gracia de transformar el empeño apostólico en una respuesta a la llamada a la santidad.
Como María, Reina de los Apóstoles, y las mujeres primeros testigos de la Resurrección, iconos de nuestra misión, seguimos y servimos a Jesús Maestro en la Iglesia y en la Familia Paulina.
Gloria a ti, Santa Trinidad, por el don de vivir este centenario en compañía De todos los que con nosotras celebran y ce alegran, gracias de corazón oramos por ustedes confiamos en sus oraciones.